sábado, 9 de marzo de 2013

... El comienzo ...


-Mira, aquí estaba la garita. ¿Te acuerdas cuando venían los camiones? -Sí, pero era más atrás. Aquellas casas quedaban más lejos. -Pero el paso a nivel estaba después, yo creo que confunde. -La verdadera pena es poder rehacer el mismo camino. -La de veces que lo habremos hecho. -Tú mas que yo. Aunque lo recuerdo como si lo estuviera viendo. -Yo sigo soñanado a menudo con volver a pasar. Ojalá pudiera volver atrás. -Yo recuerdo que siempre lo hacía en el mismo sentido...

...Pegado al muro del paseo de Farnesio, camino extremadamente largo. Los talleres al final, la curva. Casas al borde la ruina, que ya no están entre nosotros. Giro a la derecha, el semáforo que sólo funciona si le das al botón. Cruzo la avenida, el puente del arco de ladrillo a la derecha. Entro en la calle que lleva a las vías. La única que sigue igual. Al final, la tienda de artículos de piscina "los abuelos", que tampoco existe ahora. Curva a la izquierda. Entro en el camino de tierra. No, no es tierra. Es tierrilla esparcida por una acera antigua, muy antigua, no la han arreglado en años. Crecen las malas hierbas, siempre hay malas hierbas, vengas en la época del año que vengas. Muros blancos a ambos lados. Y como siempre, las naves de montaje 1 de la fasa. Con esa forma característica. No los he vuelto a ver, nunca más los podré ver. Curva a la derecha. ¡Eh, espera! Un poquito antes, a la izquierda, está la valla amarilla, por ahí se entraba a la fasa. Cuenta la leyenda que hay un túnel aquí debajo. Yo nunca lo creí, ni lo creeré. Además es algo que ya no podremos ver. Jamás. Y tras la curva, ya se ve el paso a nivel. Y ahí está, a la izquierda, a lo lejos, la estación de Ariza. La explanada de tierra, con los maderos gigantes. Hace calor, mucho. En la explanada nunca hace frío. A partir de aquí sigue todo igual. Y tampoco hace frío. Cruzo las vías por un paso a nivel que arreglaron hace poco. Las vallas verdes entrecruzadas. Justo ahí, donde empiezan las vallas, está la casa de las rejas pequeñas. La casa del huerto. En el huerto a veces hay repollos. Y a veces nada. La casa da miedo, es de cuento. Sigo andando. Pasa una moto. Y rebota contra las vías. Ya veo, a lo lejos, el otro paso a nivel. Estoy caminando por la carretera. Aquí no hay acera. De repente, sale un camino, esta vez asfaltado, muy largo, entre dos muros, que no sé dónde termina. Me crea mucha intriga. "El callejón de la azucarera". Ahora ya sé dónde terminaba. La azucarera. Soltando humo blanco, eternamente. El humo se confunde con las nubes. Paso por delante de la garita, el vigilante me mira, lee una revista. Giro la vista, ahí está el edificio ése que pone I+D. Ahora en todos los lados lo pone. Me acerco al segundo paso a nivel. La valla baja, viene un tren. Sale de la caseta el hombre que cambia las agujas. Es un hombre tétrico. El malo de un cuento. Pasa un talgo. Ya tampoco quedan. Las barreras se levantan y cruzo al otro lado. con cuidado, que mi pie cabe entre los railes. La casa de "la mano tonta", otra que aún está en pie...

-Estabas retratando mi viaje diario. Me has hecho volver a la infancia. -Paseando entre las ruinas volvemos siempre a la infancia. Y te mola. -Lo que más recuerdo son los maderos de la explanada. Nunca supe que hacían allí. -¿Te das cuenta que la casa y el guardagujas eran de cuento? ¿Te das cuenta de que tu y yo escribimos un cuento cada día? Nuestro cuento. - Entre ruinas. Bajo la luna. Mira la luna, es el único testigo de nuestro cuento. -Quiero escribir muchos cuentos. Contigo. Cuentos entre ruinas. -me mola la idea. -Me molas tu.

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